A veces no es necesaria una respuesta;
el silencio, tu silencio
que recuerda a una ventana cerrada
conduce a la calma
la contemplación de los labios, vivos
ejerciendo presión entre ellos, jugando a no ser vistos.
De repente, te vuelves conveniente
en ese instante,
y hasta que termine el temblor de mis manos
Por que a veces, sin saberlo,
estamos esperando que algo estalle para abrir los ojos,
para empezar a sentir
y, tengo que admitirlo,
algunas cosas comenzaron a verse mejor inmediatamente.
Nos compartimos lo que duele,
lo que será en un futuro nostalgia
tus miedos forman parte también de los míos
por que nos acostamos a dormir con la memoria
(la peor compañera de cama)
por que evitamos recorrer ciertos rincones
por que queremos creer en cuentos de hadas
´historias de amor´
´historias de amor´
sin sofocar con una risa el último suspiro
Te pensé más veces de las que consideraría necesarias
incluso más de las que consideraría normales
-abro un paréntesis-
(eso me pasó de niño
cuando lo único que me interesaba eran los dinosaurios
y quería que mi vida estuviera llena de dinosaurios)
-cierro el
paréntesis-
Entre grandes historias nos contamos ésta,
sin telones, diminuta
me quedo los días que te quedan
del micro cuento, mío
y los silencios, oportunos
una buena razón para escribir de nuevo

Postal by César Reynaga is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported License.

Postal by César Reynaga is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-CompartirIgual 3.0 Unported License.
No hay comentarios:
Publicar un comentario